An.Da.Mar

Mi Objeto: Amado. Llevo días buscando la iluminación propicia, quiero que sea luz natural, sé que es la luz que entra en mi habitación, siempre es cálida. Tuve varios intentos que dejo más abajo para ejemplificar, pero no lograba transmitir ni calidez, ni amor hacia mi objeto... como dije en el posteo anterior es una COSA difícil de retratar ya que es un ramo muy antiguo de flores artesanales, esta desdeñado, tiene flores desechas, faltantes, la cinta está desprolija, y esto hace en parte que sea un desafío poder representarlo debidamente, por eso también decidí seguir adelante con esta elección por lo desafiante que me resulta. Accidentalmente hoy, 28/04, subí a las 18hs a la habitación a buscar algo, y encontré en la pared esa iluminación rosada, una destello de luz que entra por el ventiluz, me pareció hermoso, poético. Agarre el celular, improvise un soporte para mi objeto con un libro, también muy antiguo, y saque varias fotos lo mas rápido posible. Pasaron 10 minutos y la luz ya

Objeto amado: El ramo de nácar de mi abuela  Mi abuela se casó en los años 50 en Capital Federal, en ese momento se usaba este tipo de accesorios, eran flores que sea hacían de una especie de macilla a base de nácar, con alambre y una cinta de papel  que se usa para este tipo de artesanías, se  intercalaban con las flores frescas, reales, creemos que el de mi abuela fue de rosas blancas. Se tiraba el ramo de flores naturales, pero este se conservaba para la novia. Al menos esto es lo que me supieron contar mi tía y mi mamá.  Este ramo era de mi abuela, lo guardo mi mamá por años, y tiempo después que mi abuela falleciera hace ya 12 años, me lo dio a mi, lo increíble, y también amargo, es que no supe de la existencia del ramo hasta ese momento. No pude hablar con mi abuela sobre el, pedirle detalles, verle el brillo en los ojos que particularmente se le hacia al hablar de su casamiento seguido de una amargura que nunca supe por qué le generaba ese recuerdo (tal vez nostalgia, tal vez al

Café Brasilero- Por Gise Martin   Esta foto fue tomada por una chica que conocí hace muchos años, aunque no hablo con ella, la  sigo  de cerca porque me parece una gran fotógrafa, de ojos sensibles. Esta foto me transmite diversas sensaciones, me da la paz de un lugar vacío, las ganas de sentarme a leer un libro en esa ventana mientras me tomo un café. También me transmite cierta melancolía, tal vez los tonos cálidos y las sombras que si bien ocupan mucho lugar en la foto, creo que el balance entre luces y sombras esta bien, el conjunto logra transmitir esa idea de lugar vacío, cerrado, incluso antiguo, de ahí creo que es la melancolía que me produce. Además se puede ver el detalle de la madera, las sillas, la mesa, se puede ver que conserva ese aspecto hace mucho tiempo, es el tipo de lugares que me gusta visitar, lugares que cuentan historias, y esta fotografía me permite imaginarme muchas de ellas.  Además este café fue concurrido por Eduardo Galeano durante muchísimos años, uno de