Objeto amado: El ramo de nácar de mi abuela


 Mi abuela se casó en los años 50 en Capital Federal, en ese momento se usaba este tipo de accesorios, eran flores que sea hacían de una especie de macilla a base de nácar, con alambre y una cinta de papel  que se usa para este tipo de artesanías, se  intercalaban con las flores frescas, reales, creemos que el de mi abuela fue de rosas blancas. Se tiraba el ramo de flores naturales, pero este se conservaba para la novia. Al menos esto es lo que me supieron contar mi tía y mi mamá. 
Este ramo era de mi abuela, lo guardo mi mamá por años, y tiempo después que mi abuela falleciera hace ya 12 años, me lo dio a mi, lo increíble, y también amargo, es que no supe de la existencia del ramo hasta ese momento. No pude hablar con mi abuela sobre el, pedirle detalles, verle el brillo en los ojos que particularmente se le hacia al hablar de su casamiento seguido de una amargura que nunca supe por qué le generaba ese recuerdo (tal vez nostalgia, tal vez algo le molestaba de ese recuerdo, nunca supe distinguir ni me anime a preguntar). Tengo en la memoria una foto de mi abuela sola, con su vestido blanco, y el ramo, recuerdo también que no la tenia exhibida, la encontré hurgando entre sus cosas, algo que me encantaba hacer tanto en su casa como en la mía, por eso es increíble que nunca antes haya visto este objeto que estuvo siempre en mi casa, incluso antes de que yo naciera. 
Amo este objeto porque es, junto a una foto de su comunión, el objeto más antiguo que tengo de mi abuela, y no fue un regalo intencionalmente para mi, sino un objeto que era propio de ella y parte de su historia. No conocí a mi abuelo, pero lo amé desde los relatos de mi abuela, desde la emoción con la que hablaba de él, lo conocí mediante su intermediaria, su esposa, y este ramo es un símbolo de ese amor, del que fui testigo incluso sin conocerlo a el. 
No puedo decir que es un objeto odiado, tal vez la idea de casarme nunca jamás estuvo en mis planes, incluso no quise 15, toda la parafernalia de los vestidos exuberantes y demás nunca me gusto  y tal vez es el único sentimiento extraño hacia el ramo o hacia la idea que representa en sí que es el casamiento, algo que nunca quise ni querré. Pero bueno tampoco siento que sea odio, sino que me incomoda la idea.

Por otro lado creo que va a ser un desafío representarlo debidamente, es un ramo que tiene 70 años aproximadamente, sacándolo de su frasco donde lo conservo se rompió una flor. Y como esa hay varias, sueltas o con pétalos faltantes, varas sin cinta, etc. Es frágil, siempre tuve la idea de restaurarlo pero no encuentro quién podría hacerlo, y no consigo mucha información sobre como hacerlo yo.
Pensaba tal vez, justamente representarlo dentro de su frasco, donde se luce bien, queda erguido, un guiño claro a la rosa de "La bella y la bestia" , que se entienda que la cosa es tan amada, que se cuida como si el valor fuera el de una obra de van Gogh.

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